Hemos visto, al estudiar las agravaciones medicamentosas, la necesidad reconocida por Hahnemann de atenuar o de suprimir algunas de entre ellas, de antidotarlas, siguiendo su expresión. Esto postula una primera forma de relación entre los remedios, la relación antidotaria. El antídoto es prescripto sin esperar el fin de la reacción suscitada por el remedio inicial.
Muy diferente, en teoría, es la relación de complementariedad. El remedio complementario es aquel cuyos síntomas indicadores se manifiestan después del agotamiento de la reacción favorable provocada por la primera prescripción.